Gente, bolsos y zapatos. Edificios monumentales y como no, monumentos. Arte en las calles, cuadros en las paredes y tiendas. Tiendas antiguas, tiendas modernas, caras y baratas, tiendas. Estilos diferentes, cafés, pub's. Barcelona.

Que no olvido esas tardes chica, ni las que tengo a tu lado ni las que tengo con nadie. Todas están ahí grabadas como en un álbum de fotos dentro de mí. De Barcelona a Murcia hay más o menos 600 km. pero eso es lo físico, vosotras, que ya sabéis quien sois estáis cada día más cerca ♥

Eres una de mis mejores amigas Aynoha, te quiero muchísisisimo ♥

Días y días.

La gente tiene días malos, y malos días. Los días malos son los que la gente jode por algún que otro motivo. Los que se estropean sin previsión alguna y por tanto los que menos nos gustan. Los malos días, son los días que llueve, dónde es el día el que está mal. Y no tú.

¿Imposible?

La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene ni facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente. Puesto a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la ética. Que David ganara a Goliat era improbable pero sucedió, un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió, que los barón rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió, Nadal desbancando del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa, el doce uno contra Malta. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables, porqué lo improbable es por definición probable, lo que es casi seguro que no pase es que puede pasar. Mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.